La seguridad en la soldadura es cosa de todos
El exigente proceso de la soldadura genera preocupación en cuanto a la seguridad laboral. El equipo adecuado y las precauciones de seguridad reducen considerablemente los riesgos, ayudan a prevenir enfermedades y lesiones laborales y ofrecen las mejores condiciones posibles para una soldadura más segura y cómoda, sin renunciar a la eficiencia.
Los riesgos para la salud en el lugar de trabajo son una gran preocupación tanto para los empleadores como para los empleados, que desean proteger los ojos, los oídos, la cara, los pulmones, la cabeza y el cuerpo del soldador. La seguridad en la soldadura se mejora con una formación adecuada, el cumplimiento de las normas de seguridad, la protección y la reducción o eliminación de la exposición a los peligros. Para ello, se proporciona a los soldadores equipos de protección personal, como pistolas y cascos, respiradores para soldadura y ropa ignífuga. El tipo y el nivel de protección dependen de la tarea y de la duración de la exposición. Por ejemplo, las máscaras de soldar ligeras pueden ser suficientes para un uso ocasional, mientras que la exposición prolongada a los humos de soldadura y esmerilado requiere la mejor protección respiratoria, sin dejar de lado la ergonomía.
Riesgos para la salud en la soldadura
La mayoría de los riesgos de seguridad en la soldadura se derivan de la exposición al calor, la radiación ultravioleta, la luz intensa y el humo que generan los procesos de soldadura. Los humos de la soldadura suponen un riesgo para la salud del soldador y de cualquier persona que comparta el mismo espacio de trabajo. La mayoría de las enfermedades laborales de pulmón son causadas por la exposición reiterada en el largo plazo a la contaminación en el aire, pero incluso una única exposición severa a un agente peligroso puede dañar los pulmones. A menudo, la soldadura se realiza en posturas difíciles, lo que puede provocar una fatiga excesiva y lesiones laborales.